Nacida en Quito en 1987, pero con el corazón arraigado en Santo Domingo, Diana encontró en esta ciudad no solo un hogar, sino también el espacio donde forjó los recuerdos más entrañables de su infancia. Desde los cuatro años vivió con sus abuelos, doña Angelita Ramírez y don Holger Velastegui, a quienes reconoce como sus verdaderos padres y pilares fundamentales en su desarrollo personal y profesional.
Actualmente, su núcleo familiar está conformado por su abuelito y su hija, dos figuras que representan amor incondicional e inspiración diaria. De su abuelo, heredó la visión positiva de la vida y la firmeza del carácter; de su hija, la motivación para seguir creciendo y aprendiendo.

Formación Profesional: Aprendizaje constante y visión de futuro
Diana es Ingeniera en Recursos Humanos, aunque su pasión por el conocimiento trasciende cualquier título. Su formación se complementa con estudios autodidactas en marketing, tecnología y recientemente, inteligencia artificial, áreas en las que se mantiene en constante actualización. Más allá del entretenimiento, prefiere invertir su tiempo en lectura, capacitación en línea y actividades al aire libre.

Trayectoria en Medios: Comunicación con identidad
Desde temprana edad, Diana estuvo vinculada al entorno radial gracias a Radio Zaracay, legado familiar que ha influido profundamente en su desarrollo. Aunque no se formó académicamente en locución, su cercanía con los medios le permitió adquirir habilidades comunicacionales que hoy la posicionan como una voz reconocida en la provincia.
Su incursión directa al micrófono se dio con el programa "El Sindicato", donde nació su alter ego: Lady D, un personaje entrañable que mezcla humor, ficción y experiencias reales, generando gran empatía con la audiencia. Su conexión con el público ha trascendido fronteras, recibiendo muestras de afecto desde distintos lugares del mundo, lo que para ella representa un impulso emocional invaluable.

Pambil Plaza: Emprendimiento con impacto local
En el ámbito empresarial, Diana lidera el desarrollo de Pambil Plaza, un proyecto comercial que busca dinamizar el comercio local y generar oportunidades laborales en Santo Domingo. Trabaja junto a su hermano en esta iniciativa, cuya primera etapa se prevé inaugurar en octubre. Este emprendimiento refleja la visión compartida con su abuelo, quien siempre visualizó a Santo Domingo como una ciudad estratégica para el crecimiento económico y comercial del país.

Propuestas para una ciudad con potencial
Diana Velastegui ve a Santo Domingo como un destino ideal para vivir y desarrollar negocios. No obstante, identifica áreas clave que requieren atención: seguridad para actividades deportivas, ordenamiento vial, fortalecimiento de la identidad cultural y desarrollo turístico sostenible. 
Considera esencial la implementación de infraestructura como un Centro de Convenciones y un Aeropuerto con tarifas competitivas, factores que potenciarían el turismo y la inversión en la región.
Entre sus recomendaciones destacan el parque acuático de Carlos y las cascadas de la vía Polanco, además de la rica gastronomía local, donde resalta las parrilladas y los secos de gallina criolla.

Mensaje a las Mujeres emprendedoras
A las mujeres que sueñan con emprender, Diana les deja un mensaje inspirador y realista:
“Nada es fácil, pero hay que arriesgarse. Si algo no sale bien, se aprende. Lo importante es levantarse, rodearse de personas que sumen y nunca dejar de intentarlo.

Diana Velastegui en pocas palabras
•  Perfumes favoritos: Paco Rabanne y Billie Eilish
•  Platos preferidos: Guatita y cangrejos
•  Destinos soñados: Manabí y la Amazonía ecuatoriana
•  País visitado: Panamá (Bocas del Toro); sin embargo, su favorito sigue siendo Ecuador
•  Pasiones: Radio Zaracay, el emprendimiento, el crecimiento personal
•  Valores: Amor, gratitud, espiritualidad
•  Inspiraciones: Su hija y su abuelo Holger
•  Fe: Dios como centro de su vida

Diana Velastegui: Mujer de luz, voz y visión
Con una combinación única de sensibilidad, inteligencia emocional y mentalidad estratégica, Diana Velastegui representa una nueva generación de líderes: auténticos, conectados con sus raíces y comprometidos con el desarrollo local. Su historia se escribe con pasión, propósito y un corazón lleno de amor por su gente y por Santo Domingo.